Los objetivos del encuentro fueron iniciar un espacio de diálogo sobre la importancia de las Buenas Prácticas Agrícolas y la necesidad de un adecuado marco regulatorio, así como poner a disposición de los legisladores las capacidades técnicas e institucionales de la Red.

Después de una presentación que destacó los consensos y logros alcanzados hasta el momento por las más de 50 instituciones que integran la Red BPA, a cargo de su coordinador Lic. Ramiro Costa, Gte. del Inst. De Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales, se llevó adelante un fructífero intercambio con los diputados presentes. Del mismo participaron Gilberto Alegre (Frente Renovador, presidente de la Comisión de Agricultura), Miryam Juarez (Frente Cívico y Social, presidente de la Comisión de Economías Regionales), Graciela Cousinet (Libres del Sur, secretaria de la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano), Francisco Torroba (UCR), Pablo Torello (Unión PRO), Alex Ziegler (Libertad, Valores y Cambio), Sixto Bermejo (Trabajo y Dignidad), y asesores de los diputados Sergio Buil (Unión PRO, secretario de la Comisión de Asuntos Municipales) y Yanina Gayol (Unión PRO).

Los legisladores se mostraron muy interesados en la dinámica de trabajo de la Red y en los documentos consensuados, subrayando la necesidad de unir esfuerzos para promover la adopción de prácticas sustentables en todos los eslabones de la cadena agroindustrial. Especialmente, se subrayó la necesidad de incorporar en los programas educativos una visión integral de las BPA y de comunicar a la sociedad en su conjunto los beneficios de su implementación para el desarrollo del país.

La Red de Buenas Prácticas Agrícolasse creó en el año 2014 para contar con un mecanismo de intercambio de información, diálogo interinstitucional y cooperación entre entidades públicas y privadas de Argentina, abordando de forma integral las distintas dimensiones de las Buenas Prácticas Agrícolas. Los integrantes de la Red entienden que estas constituyen un instrumento estratégico para atender adecuadamente los desafíos del crecimiento cuantitativo y cualitativo de la demanda nacional y mundial de los productos de la agroindustria, que implica la integración de la disponibilidad, la calidad e inocuidad y la sustentabilidad de la producción agroindustrial.